El reto de clonar el Santo Grial de la criptografía

A partir del año 2005 fueron apareciendo cada vez más publicaciones y libros que abundaban en el insondable misterio del manuscrito Voynich. Uno de ellos cayó en manos de los editores de SILOÉ, Juan José García y Pablo Molinero que, atraídos por ese embrujo nada más conocer la existencia del manuscrito, no dudaron en iniciar los trámites para obtener los derechos de ejecución para una edición facsimilar íntegra. Poco después entraron en contacto con la Universidad de Yale, en EE.UU., que custodia el original en su célebre Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos, y se desplazaron hasta New Haven para conocer el original. Cuentan los editores que, como no podía ser de otra manera, la experiencia de hojear el original fue auténticamente mágica.

Comenzó entonces el largo e inesperadamente arduo proceso para la obtención de esos derechos de edición que culminaría a finales de 2015. El nombre de SILOÉ daría la vuelta al mundo a lomos de los más variados

periódicos y medios de comunicación de múltiples países que se hacían eco de la excelente noticia de que SILOÉ había sido la elegida entre un considerable número de las más importantes editoriales de todo el mundo, dedicadas todas ellas a este apasionante arte de clonar manuscritos y documentos antiguos y que aspiraban igualmente a obtener esos derechos. Era todo un ambicioso reto y algo completamente inédito en el panorama editorial español.

En los dos años siguientes se llevó a cabo una complicada tarea para lograr lo que parecía casi imposible: conseguir la réplica exacta, el clon del que algunos gustan alardear. Según el carbono 14 el manuscrito original vio la luz en el siglo XV. Seis siglos más tarde ve la luz la verdadera copia, un auténtico facsímil que recrea a la perfección no sólo su formato y sus complicados desplegables, sino también la textura y chasquido al tacto de su vitela, los desperfectos con los que la dentellada del tiempo le ha ido marcando así como sus intentos de repararlos, o sea los delicados y difíciles cosidos. Su encuadernación artesanal recrea por dentro y por fuera la del original en sus mínimos detalles. Todo este trabajo, en gran parte manual, ha sido posible gracias a la labor de grandes profesionales, de extraordinarios artesanos y de miles de horas de trabajo y de apasionada dedicación.

Como resultado de todo ello, el mundo dispone de una edición exigente y única, con el sello de SILOÉ, limitada a tan sólo 898 ejemplares numerados, cada uno con su correspondiente acta notarial. La editorial burgalesa se siente orgullosa de haber sido la elegida para esta excepcional tarea y gozosa de poder finalmente distribuir por todos los rincones del planeta una copia de este intrigante y cautivador manuscrito. Estas copias contribuirán poderosamente a un mayor conocimiento y estudio del mismo y, quién sabe si no, a su final descodificación.

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