Extraordinaria réplica de los mapas de este clásico de la cartografía universal, que en su tiempo llegó a ser una hermosa y valiosa guía de viajes.
Colección particular. Siglo XVI.
Junto a los cinco bifolios con coloreado a mano de época (el Trébol del Mundo, Europa, Asia, África y el Mediterráneo Oriental), la edición incorpora esos mismos cinco bifolios en blanco y negro, seis bifolios y un folio de otros mapas, también en blanco y negro, extraídos igualmente de la influyente obra de Bunting.
Publicado en alemán, latín, holandés, danés, sueco, checo e inglés, gozó de una vasta difusión hasta mediados del siglo XVIII. Este éxito sólo se entiende cuando situamos el imaginario de sus mapas en el contexto de la cartografía simbólica de Occidente.
El conjunto se presenta en un estuche de conservación acompañado del volumen de estudios.
Edición limitada a 898 ejemplares numerados con acta notarial.
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A lo largo de los últimos siglos el curioso conjunto de mapas, que en el presente volumen será objeto de un pormenorizado análisis, ha venido a ocupar un destacado lugar en la historia de la cartografía. Para ser más precisos deberíamos decir de la cartografía simbólica, un capítulo subyugante y con múltiples manifestaciones dentro del panorama general de esta ciencia en la Europa medieval y renacentista.
Ciertamente, estos célebres mapas de Heinrich Bünting, extraídos de su Itinerarium Sacrae Scripturae, figuran entre las más antiguas y afamadas rarezas cartográficas. Y la descripción de los Lugares Bíblicos que encontramos en este Itinerarium, publicado por vez primera en 1581, conocería una enorme difusión hasta bien entrado el siglo XVIII. Llegó a contar con más de 60 ediciones en diversos idiomas europeos –entre los que podríamos citar el alemán, latín, holandés, inglés, danés, sueco y checo. Este éxito no tendría fácil explicación si no se atiende a los elementos simbólicos de los que se nutre, que el propio Bünting alimenta con cierta habilidad.
El autor es un profesor de teología, nacido en Hanover en 1545, y próximo al gran movimiento reformista de la Iglesia en Alemania. Concibe su obra fundamentalmente como una guía de viajes para el lector cristiano, al que conduce a los lugares donde se desarrollan los pasajes evangélicos. Podemos vincular a Bünting con esa corriente de Geografía Descriptiva de aquellos lugares que el cristianismo considera sagrados, de los que nos ofrece gran cantidad de detalles, como monedas antiguas, medidas, usos y costumbres, etc.
Pero por encima de la dimensión científica de su obra, la personalidad de Bünting es ante todo la de un predicador evangélico más preocupado por la visión de la geografía como gran alegoría religiosa que por la concienzuda aportación de datos contrastados. Está más vinculado a la tradición cartográfica medieval, cuyos mapas son iconos complejos inspirados fundamentalmente en conceptos teológicos y en la tradición fantástica, que a los elementos propios de una cartografía moderna que poco a poco se iba abriendo paso.
En la Edad Media el cristianismo estaba interesado en la representación cartográfica como gran escenario de la obra divina. De ahí que todos los avances cartográficos y cosmográficos de los antiguos griegos se ven envueltos y penetrados por elementos bíblicos. De ahí igualmente los célebres mapas de T en O que desde las Etimologías de san Isidoro de Sevilla aparecerán en múltiples códices y manuscritos, y que encontraremos también, por ejemplo, en la extraordinaria serie de los Beatos. La O, como símbolo geométrico de perfección, contendría el ecúmene –el mundo habitado y habitable por el hombre. Y la T, que divide ese ecúmene en los tres continentes conocidos –si bien Bünting ya insinúa la existencia del 4º, el nuevo mundo americano–, rememoraría la cruz cristiana.
Es decir, que a lo largo de muchos siglos subsistió –y podríamos decir que en cierto modo aún perdura– una tendencia a transformar mapas y representaciones cartográficas diversas en las más variadas formas simbólicas. De ahí los mapas cordiformes, o que adoptaban formas vegetales, animales, incluso de figuras humanas.
Uno de los más hermosos exponentes de estas transformaciones lo encontramos precisamente en estos mapas de Bünting. El Trébol del Mapamundi, que al mismo tiempo quiere representar a la Trinidad del cristianismo; el Pegaso de Asia, el mítico caballo alado dibujado con auténtica maestría habida cuenta de que debía ajustarse a los perfiles del continente asiático; o la hermosa doncella o Reina, con la que Bünting quiere representar a Europa, se han convertido por derecho propio en un clásico de esta cartografía simbólica.
En suma, en este apasionante viaje o itinerario a Tierra Santa que Bünting nos propone, el lector descubre una visión del mundo con ciertas pretensiones de aproximación geográfica, pero todavía inmersa en una profunda concepción religioso-teológica que impregna el fabuloso relato y la trayectoria cartográfica que se nos invita a recorrer.
Podríamos concluir que estamos ante la simple imagen de un teólogo evangélico alemán del siglo XVI, que nos propone un itinerario a los Lugares Sagrados del cristianismo, y en cuyo recorrido descubrimos, inesperada y sorpresivamente, estas preciadas perlas de la cartografía fantástica renacentista, que nos seducen con sus imaginativas formas y colores, al tiempo que nos ayudan a comprender algo mejor la curiosa concepción del mundo que aún anidaba en muchas de las mentes de la época.
En la presente edición el lector encontrará la esmerada y fiel reproducción –que distingue los trabajos de SILOÉ– de todos los mapas e ilustraciones representados en el Itinerarium Sacrae Scripturae. De ese conjunto de mapas sobresalen los que han adquirido a lo largo de los años mayor valor y fama, al tener el honor de verse enriquecidos con un coloreado a mano de época. Nosotros pretendemos devolverles esa frescura y ese especial encanto, reproduciéndolos aquí tal cual, recreando los delicados tonos que realzaron sus figuras Amable lector, estamos convencidos –y así lo deseamos– de que esta peculiar edición que aquí presentamos deleitará sus sentidos y ennoblecerá su biblioteca.